La Gran Muralla Sur (Balla an Bhulla Theas en gaélico) es una especie de rompeolas gigante en el puerto de Dublín. Tiene una longitud de 4 km, comienza en la punta de la península de Poolbeg y se dirige hacia la bahía de Dublín. Es uno de los mejores paseos de Dublín, ¡y ofrece unas vistas increíbles del resto de la ciudad!
El faro de Poolbeg – © Ire DronePhotography
¿Lo sabía? Se dice que la Gran Muralla Sur es el dique más largo de Europa.
Esta impresionante estructura se encuentra frente al Muro del Toro, otro rompeolas del puerto de Dublín construido más recientemente.
La Gran Muralla Sur se construyó para ayudar a atajar los problemas de entarquinamiento de la bahía. En el siglo XVIII, ¡la arena se acumuló hasta tal punto que impedía a los barcos entrar en el puerto de Dublín! Se trataba de un verdadero problema, que se solucionó con la construcción de un rompeolas de 4 km que impidió que el puerto se encenagara y facilitó así el flujo de barcos.
Su construcción comenzó en 1717, y el dique se ha modernizado y reforzado continuamente a lo largo de los años, en respuesta a las tormentas y a las nuevas necesidades de la ciudad. El dique está ahora equipado con una central eléctrica
Tiene un faro en su punta: el faro de Poolbeg, reconocible por su color rojo brillante, que existe en su forma actual desde 1820.
El dique es popular entre los dublineses y los viajeros. Le permite caminar por mar abierto, ¡manteniendo los pies en la tierra! ¡Y la presa está a tiro de piedra del centro de la ciudad!
Tenga en cuenta que sólo se puede acceder al muro a pie y en bicicleta. Ofrece unas vistas increíbles de la costa, la bahía, las chimeneas de Poolbeg, los barcos y la ciudad de Dublín. En resumen, el cuadro es completo, ¡le ofrece un soplo de aire fresco marino en un entorno increíble entre la ciudad y la naturaleza!
Es un agradable paseo con un refrescante cambio de escenario que le dará una visión diferente de la capital. El paseo es pausado, a su propio ritmo.
El dique termina con el faro de Poolbeg, ¡una visita obligada con su brillante pintura roja! Este es el lugar perfecto para detenerse y admirar el panorama: perfecto para recuperar el aliento antes de ponerse en marcha de nuevo y recorrer los mismos 4 km… ¡en la otra dirección!
Anímese: ¡vale la pena! No olvide terminar su visita con una visita a las chimeneas de Poolbeg, dos chimeneas de fábricas en desuso. Aunque no son muy bonitos, ¡son uno de los símbolos de Dublín! De hecho, ¡la población está muy apegada a él!
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