La Calzada de los Gigantes es sin duda uno de los parajes naturales más espectaculares de Europa, pero ahora se enfrenta a una amenaza… ¡como mínimo inesperada! Las autoridades acaban de dar la voz de alarma: los turistas, creyendo hacer lo correcto al perpetuar un gesto de «buena suerte», están dañando de hecho esta obra maestra geológica, Patrimonio Mundial de la UNESCO. Echamos un vistazo a esta sorprendente y preocupante noticia, y a las mejores prácticas para visitar este lugar sin dañarlo.
Situada en el norte de Irlanda, en el condado de Antrim, la Calzada del Gigante es famosa por sus miles de columnas hexagonales de basalto, formadas hace unos 60 millones de años por un flujo de lava.
También es el escenario de una leyenda que no puede ignorarse: la del gigante irlandés Finn McCool, que construyó este puente de piedra para unirse a su rival escocés Benandonner. ¿El resultado? Un paisaje mítico, entre mar y acantilados, que atrae cada año a más de un millón de visitantes de todo el mundo.
Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1986, la Chaussée es también un lugar protegido por su biodiversidad y sus formaciones geológicas únicas.
Desde hace varios años, los guardianes del yacimiento y el National Trust, que lo protege, han observado un fenómeno creciente: turistas que arrojan monedas a las grietas, a las rocas o directamente al mar, creyendo honrar una tradición de buena suerte o pedir un deseo.
Puede parecer un gesto inofensivo, pero en realidad tiene consecuencias perjudiciales:
El National Trust calcula que cada año se recogen varios cientos de kilos de monedas.
Hay varias razones que explican este fenómeno:
Muchos turistas no tienen ni idea de que este gesto supuestamente inofensivo causa en realidad daños irreversibles.
En un comunicado de prensa emitido este mes, la dirección del lugar pidió a los visitantes que «respetaran el carácter excepcional de este lugar» y les recordó que la Calzada de los Gigantes no es ni una fuente ni un pozo de los deseos.
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Es crucial que todo el mundo comprenda que cada moneda lanzada es un atentado contra el patrimonio geológico y la biodiversidad locales», afirma un portavoz.
Ya se han instalado nuevos paneles educativos a la entrada del yacimiento, y hay guías voluntarios a disposición de los grupos para enseñarles las buenas prácticas en cuanto lleguen.
Para disfrutar de este lugar único al tiempo que ayudas a conservarlo, aquí tienes unos sencillos consejos:
Estos gestos marcan la diferencia y garantizan que el lugar siga siendo espectacular para las generaciones futuras.
Además de las evidentes cuestiones ecológicas y patrimoniales, esta situación pone de relieve la responsabilidad de los viajeros. El turismo, mal gestionado, puede tener consecuencias irreversibles. El turismo sostenible, en cambio, se convierte en una fuerza positiva: ayuda a financiar la protección de estos tesoros a la vez que sensibiliza.
Visitar Irlanda también significa sumergirse en su cultura, profundamente respetuosa con la naturaleza y las leyendas que la rodean. Y no hay nada más mágico que admirar la Calzada del Gigante tal y como ha existido durante millones de años, intacta.