El pasado fin de semana, Irlanda batió su récord de calor del año con una impresionante máxima de 31,8°C, sumiendo playas y parques bajo una avalancha de bañistas felices… pero exhaustos. Apenas hay tiempo para recuperar el aliento cuando Met Éireann, el servicio meteorológico nacional, emite un aviso: se esperan tormentas y fuertes chubascos esta semana, principalmente sobre el este y el centro de la isla.
Aunque algunos viajeros ya están temiendo que se arruine su escapada veraniega, ¡que no cunda el pánico! Con un poco de organización y unos buenos reflejos, las tormentas irlandesas pueden ser la oportunidad perfecta para explorar el país… de otra manera.
Es un clásico meteorológico: el aire caliente y húmedo acumulado durante la ola de calor se desestabiliza cuando llegan masas de aire más frío desde el Atlántico. El resultado es una atmósfera eléctrica, propicia a violentas tormentas puntuadas por fuertes chubascos.
Por el momento, Met Éireann indica que estas tormentas podrían seguir siendo localizadas pero intensas, sobre todo en las regiones de Dublín, Meath, Kildare, Carlow y Wicklow.
Nada inusual en Irlanda, pero siempre es una sorpresa en pleno mes de julio.
Si ya estás allí, ten en cuenta que las temperaturas seguirán siendo agradables (en torno a 22-25°C), incluso con algunos chubascos. No hablamos de días desaprovechados, sino de rachas de lluvia, a veces espectaculares.
Así que lo mejor es meterlo en el bolso:
Y para mantenerte animado, recuerda: ¡en Irlanda, la lluvia forma parte del encanto! Y a menudo, tras el chaparrón, llega el más hermoso de los arco iris.
Las tormentas pueden ser una oportunidad para descubrir un lado diferente de Irlanda. Aquí tienes algunas ideas sobre cómo convertir este tiempo inconstante en una ventaja:
Aunque las tormentas irlandesas suelen ser menos violentas que en otros países, mantente alerta:
Por último, consulta regularmente los partes meteorológicos (www.met.ie) y las alertas locales.
El clima de Irlanda es imprevisible pero generoso. Después de un chaparrón, la luz se vuelve increíble, los verdes de las colinas parecen más profundos y la naturaleza recupera el aliento. Condiciones ideales para los fotógrafos y los amantes de los paisajes espectaculares.
Y no te sorprendas: no es raro tener cielos amenazadores por un lado… ¡y sol radiante por el otro!
Hay que reconocer que las tormentas son un poco molestas. Pero también son parte integrante de la experiencia irlandesa. Aquí aprendes a vivir con el cielo, a improvisar, a ir más despacio. Y siempre hay un pub, una sonrisa, una leyenda local para alegrar la penumbra.
Así que saca tu mejor piel de aceite y mantén los ojos bien abiertos: a menudo es bajo la lluvia cuando te enamoras de Irlanda.