En Irlanda, la mayoría de las casas se calientan con turba, un compuesto orgánico natural famoso por su potencial energético y como combustible… Aunque ligeramente olorosa, esta sustancia es una forma maravillosa de calentar a bajo coste, y añade encanto a un acogedor hogar irlandés.
Ciénaga de Derrygimlagh – Dermot O’Halloran cc
Cuando piensas en Irlanda, es imposible no pensar en una velada junto a un crepitante fuego de turba, con su olor característico. Tampoco es posible pasar por alto estos largos montículos en las turberas, la mayoría de las cuales se encuentran en los condados occidentales de la isla (principalmente Connemara).
Las turberas cubren casi el 16% de Irlanda (20.000 km²), y sólo 3 países tienen más en porcentaje: Finlandia, Canadá e Indonesia. Una turbera suele ser especialmente húmeda, por eso Irlanda es uno de los países con tantas turberas. Las precipitaciones son regulares y abundantes, lo que contribuye a mantener un alto grado de humedad en los entornos naturales.
En países húmedos como Irlanda (250 días de lluvia al año), el suelo empapado favorece el desarrollo de plantas hidrófilas (juncos, juncias musgosas, etc.) y, sobre todo, del musgo esfagno, capaz de absorber enormes cantidades de líquido). Es esta planta, el musgo esfagno, la responsable de la creación de las turberas…
Al absorber agua, el musgo esfagno atrae oxígeno, impidiendo que la materia muerta se descomponga. En realidad, el musgo esfagno crece sobre los residuos orgánicos muertos, formando con el tiempo una capa de turba que sigue espesándose. Es esta turba la que, aprovechada por los irlandeses, se utiliza como combustible en las chimeneas irlandesas.
La profundidad de una turbera varía entre 45 cm y 13 metros, y está formada esencialmente por :
Irlanda alberga algunas de las turberas más importantes del mundo. He aquí un resumen de algunas de las más importantes:
Antes de poder utilizarla, la turba debe extraerse durante varios meses (el tiempo necesario para extraer y formar los terrones de turba y dejar que se sequen).
Bord na Móna es una de las principales empresas responsables de la extracción de turba de las turberas irlandesas… La empresa vende luego la turba a los consumidores a precios inferiores al coste de la leña…
Sin embargo, explotar las turberas a un ritmo excesivo entraña peligros… De hecho, la sobreexplotación de las turberas puede convertirse en un peligro real para su supervivencia, pues ya no son capaces de conservar el equilibrio orgánico de sus compuestos vegetales…
Secado de turba en Irlanda – © lemanieh
Reconozcámoslo: ¡el olor a turba es un concentrado de Irlanda por sí solo! Por eso tantos viajeros quieren llevarse un trozo de Irlanda a casa.
Pero, ¿estás realmente autorizado a llevarte turba a casa? ¿Qué dice la normativa?
La turba es un recurso natural no renovable que desempeña un papel crucial en el ecosistema local. Por ello, su recolección y uso están estrictamente controlados para preservar las turberas (la sobreexplotación ya ha causado daños considerables).
Legalmente, la exportación de turba está sujeta a restricciones. Según las leyes europeas e internacionales sobre protección de especies y hábitats, la turba se considera un material sensible. Por eso, antes de meter un trozo de turba en tu maleta, es esencial que te informes sobre la normativa específica de tu país de residencia y compruebes las normas aduaneras.
Además, algunos países imponen restricciones a la importación de productos vegetales para evitar la introducción de enfermedades o especies invasoras. Por tanto, la turba irlandesa puede estar sujeta a controles sanitarios y fitosanitarios. Así que lo mejor es que consultes con las autoridades aduaneras de tu país para evitar sorpresas desagradables a tu regreso.
Si aún así quieres llevarte a casa un recuerdo de turba sin infringir la ley, hay alternativas. Muchas tiendas de Irlanda venden artesanía hecha con turba, como esculturas y joyas. Estos productos, a menudo ya procesados y listos para la exportación, pueden ser una excelente opción para llevarte a casa un trocito del alma irlandesa… respetando la ley.
En conclusión, aunque la turba es un auténtico símbolo de Irlanda, su transporte fuera de las fronteras irlandesas está sujeto a normas estrictas para proteger este precioso recurso natural. Antes de hacer las maletas, infórmate sobre la normativa vigente para garantizar su regreso seguro, y ¿por qué no optar por un recuerdo hecho con turba para llevarte a casa un poco de la magia irlandesa?