En los últimos días, Irlanda ha sido testigo de un pequeño milagro atmosférico: la aurora boreal visible a simple vista, a veces incluso desde las ciudades, un fenómeno lo bastante raro como para ser celebrado tanto por astrónomos como por viajeros. ¿La causa? Enormes tormentas solares enviaron un torrente de partículas cargadas hacia nuestro planeta, creando velos de luz verde eléctrico o rosa pastel en el cielo irlandés. Para un país ya famoso por su magia, ver sus noches iluminadas de este modo añade una capa extra de fascinación, casi sobrenatural.
Esta semana, es probable que la Aurora Boreal se vea principalmente en el norte de la isla, donde los cielos irlandeses siguen siendo los más oscuros y menos contaminados por las luces urbanas. Las previsiones geomagnéticas pronostican un nivel de actividad especialmente elevado, lo bastante fuerte como para que los velos de luz se extiendan hasta por debajo de la latitud de Donegal. Por tanto, es en este condado donde los viajeros tendrán las mejores oportunidades de observación.
Donegal, ya famoso por su naturaleza salvaje y sus vistas del océano, se transforma en un auténtico balcón celestial. Lugares como Malin Head, el punto más septentrional de Irlanda, ofrecen un horizonte despejado perfecto para observar el movimiento del cielo. La península de Inishowen, por su parte, está considerada uno de los mejores lugares del país para observar los fenómenos luminosos del Polo Norte.
El Mayo, en la costa noroeste, también entra en la zona favorable. La península de Mullet, la zona alrededor de Belmullet y la isla de Achill pueden ofrecer algunas escenas nocturnas realmente espectaculares, sobre todo cuando las nubes dan paso a cielos despejados. Esta región, ya famosa por sus parques de cielos oscuros, se convierte en un patio de recreo ideal para los fotógrafos que buscan largas exposiciones.
Aunque las regiones situadas al sur y al este tienen menos probabilidades de ver el fenómeno, no es imposible que algunos destellos de luz se cuelen en Wicklow o en la costa de Dublín si la actividad solar supera las previsiones. Sin embargo, es el norte el foco de esperanza: cuanto más al norte mires, mayores serán las probabilidades.
Para maximizar tus posibilidades, es mejor que te alejes de los centros urbanos y optes por zonas costeras o altitudes ligeramente superiores. Cielos despejados, buen tiempo y un poco de paciencia harán el resto. Cuando aparecen las auroras, a veces lo hacen sin previo aviso: se despliega una cortina verde, ondula una sábana rosa y luego todo desaparece antes de reaparecer un poco más allá. Un espectáculo efímero, pero de una intensidad poco frecuente.
Irlanda está situada a una latitud bastante moderada, por lo que puedes esperar ver auroras boreales con regularidad. Los viajeros suelen toparse con estas danzas celestes en Islandia, Laponia o Canadá. Pero cuando el Sol entra en una fase de intensa actividad, libera erupciones capaces de extender la aurora hasta nuestras latitudes. Los científicos vigilan de cerca esta actividad, ya que puede perturbar las comunicaciones y las redes eléctricas, pero también proporciona a Irlanda noches mágicas.
La particularidad de esta semana fue la intensidad de las tormentas solares, muy superior a la media. El índice Kp, que mide la actividad geomagnética, alcanzó a veces niveles raramente vistos, lo que abrió una ventana única para observar estos velos de luz incluso desde el sur del país.
Cuando los cielos de Irlanda se bañan de auroras boreales, toda la isla se transforma en un observatorio natural. Algunos lugares en particular destacan por su baja contaminación lumínica y sus horizontes despejados.
Donegal sigue siendo una visita obligada, especialmente Malin Head, el punto más septentrional del país. Los cabos de Mayo también ofrecen un paisaje espectacular, sobre todo la isla de Achill, donde los acantilados se sumergen en el Atlántico.
Más al sur, la península de Dingle es una sorpresa habitual. Cuando la actividad geomagnética es lo bastante intensa, sus cielos negros se convierten en el telón de fondo perfecto para estas cortinas de luz. Incluso Wicklow, cerca de Dublín, ha ofrecido recientemente algunos retablos celestes que han encantado tanto a los entusiastas de la fotografía como a los curiosos noctámbulos.
Puedes pensar que contemplar una aurora es cuestión de pura suerte. De hecho, hay algunos trucos que puedes utilizar para aumentar tus posibilidades de estar en el lugar adecuado en el momento oportuno.
La primera es vigilar el tiempo en Irlanda, que es tan voluble como siempre. Un cielo despejado, aunque sea irregular, puede ser suficiente. En segundo lugar, es esencial mantenerse alejado de las ciudades y sus luces: una sola farola puede entorpecer la visibilidad.
El segundo truco es tecnológico: varios sitios web especializados y aplicaciones móviles proporcionan alertas en tiempo real sobre la actividad geomagnética. Cuando el índice sube, especialmente por encima de Kp6, la esperanza se hace realidad.
También se recomienda paciencia. Las auroras no son un espectáculo continuo. Aparecen, desaparecen y vuelven de repente. Un termo de té caliente, una buena chaqueta, un poco de determinación… y la magia hace el resto.