Con 601 metros de altura, el acantilado de Slieve League, en el condado de Donegal, es el segundo más alto de Europa. Macizos, imponentes y escarpados a más no poder, los acantilados son un festín para la vista. Literalmente sumergiéndose en el océano, ¡los acantilados son impresionantes y casi vertiginosos!
Slieve League – © Gareth Wray Photography
Para visitar Slieve League, le aconsejamos que tome el autobús o su coche de alquiler si es necesario. El acceso a los acantilados se realiza a través de una carretera estrecha y sinuosa, lo que confirma la reputación del mal estado de las carreteras irlandesas. ¡Emociones garantizadas!
El trayecto no dura más de diez minutos (para 5 km), y le recomendamos que tenga mucho cuidado al sortear las curvas y los badenes: se sacudirá bastante si lo hace.
Conviene saber: la carretera por la que circula puede estar bloqueada por una barrera. No dude en levantarla y cerrarla tras de sí: los propietarios del terreno permiten amablemente el paso a los visitantes, siempre que cierren las vallas tras de sí.
Vista aérea de Slieve League – © Lukassek
Sus esfuerzos se verán recompensados: una vez que haya llegado al final del sendero, no dude en aparcar el coche y admirar este impresionante espectáculo. Un mirador ofrece una vista impresionante de los acantilados y el Atlántico. Si quiere llegar a la cima de los acantilados, no dude en tomar el «Paso de un solo hombre», un corto sendero que sigue los acantilados hasta su punto más alto. Sin embargo, le aconsejamos que tenga mucho cuidado en este paseo: si el viento sopla fuerte, evite caminar cerca del precipicio… (La Falaise no tiene barreras ni barandillas).
Sin embargo, este paseo le dará acceso a una de las vistas más espectaculares de la región: los acantilados se codean con las nubes y el océano, ¡y los tonos verdes, grises y azules son impresionantes! Por no hablar de los pequeños lagos al otro lado de los acantilados, brillando en toda su transparencia contra los colores cambiantes del cielo. En resumen, la zona es ideal para dar un corto paseo y hará las delicias de los fotógrafos más exigentes.