El Pantano Salado de Mulranny está situado en el condado de Mayo, en la costa occidental de Irlanda, no lejos del encantador pueblo de Mulranny y de la bahía de Clew. Esta zona pantanosa, moldeada por las mareas y el aire salado del Atlántico, ofrece un panorama excepcional que combina dunas de arena, ricas hierbas y flora endémica. Los amantes de la naturaleza apreciarán especialmente la biodiversidad que hay aquí, con aves marinas, especies vegetales típicas de ambientes salobres y pequeños peces que prosperan en el agua salobre, donde la fauna florece en total libertad.
Pantano salino de Mulranny © Big Style Media – Fáilte Ireland
Las marismas saladas de Mulranny suelen considerarse un ecosistema valioso, protegido por los lugares Natura 2000 u otros programas de conservación irlandeses. Estas marismas saladas se forman cuando una mezcla de agua dulce y agua de mar inunda las tierras bajas costeras, creando un hábitat ideal para numerosas especies animales y vegetales, algunas de las cuales son muy sensibles a la presión humana. In situ, podrás admirar la flora característica de las marismas: salicaria, hierba marina y festuca roja, que dan a la zona un aspecto agreste pero delicado.
Mulranny es también el punto de partida de algunos magníficos paseos costeros y excursiones en bicicleta. La Gran Vía Verde Occidental, por ejemplo, pasa cerca y ofrece la oportunidad de admirar los paisajes salvajes del condado de Mayo. Por el camino, las vistas de la bahía, las montañas del fondo y las extensiones de marismas ofrecen un contraste sorprendente. Para quienes buscan recargar las pilas, la paz y la tranquilidad de la Marisma Salada son perfectas: no hace falta recorrer grandes distancias para disfrutar de una hermosa parada y observar las aves migratorias en la distancia.
Cerca de allí, el pueblo de Mulranny ofrece una serie de acogedores pubs y cafés donde puedes tomarte un descanso y disfrutar de una deliciosa comida. Las playas de los alrededores, con sus arenas a menudo doradas y sus aguas transparentes, te invitan a relajarte o incluso a darte un chapuzón en un día soleado (raro, hay que reconocerlo, pero tanto más bienvenido en Irlanda). Los aficionados a la pesca pueden lanzar sus sedales en las aguas de la bahía, mientras que los fotógrafos encontrarán en ella un terreno de juego ideal para captar la luz cambiante de la costa atlántica.
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Lleva un par de zapatos impermeables a los que no les afecte el agua o la sal de las marismas.