Carlingford alberga un magnífico castillo medieval en ruinas. Se conoce generalmente como Castillo del Rey Juan (no confundir con el Castillo de Limerick), o Castillo de Carlingford. El magnífico castillo de Carlingford parece asentarse sobre una enorme roca que domina el mar de Irlanda (Carlingford Lough). Ahora en ruinas, el edificio ofrece un encanto inexplicable al pueblo: muy popular entre los turistas, ¡es una de las visitas obligadas de la zona!
La historia del castillo de Carlingford está estrechamente ligada a la vida del famoso Hugh de Lacy, un rico anglonormando que dejó su huella en la historia de Irlanda (señor de Meath y conde del Ulster). A él se debe parte de la construcción del castillo (sobre todo el ala oeste).
Para que conste, el edificio debe su nombre de «Castillo del Rey Juan» al hecho de que el rey Juan, señor de Irlanda, supuestamente se alojó allí 3 días en 1210 durante una expedición para invadir el Ulster. Tenía toda la intención de dar caza a Hugues de Lacy, el dueño del castillo, ¡que había huido allí!
A lo largo de los siglos, el castillo ha soportado muchos episodios históricos… hasta convertirse en las ruinas que es hoy. Aún magnífico, el castillo de Carlingford sigue causando impresión, y sus ruinas aumentan su encanto.
Su estructura, aunque debilitada, tiene forma de D. Sus muros circundantes tienen un grosor de 3,4 metros: una elección que permitió al castillo resistir los ataques más virulentos.
El ala oeste constaba de un cuerpo de guardia y una torre cuadrada perforada por estrechas aspilleras.
El ala este tenía un impresionante gran salón rectangular, así como un sótano y 2 plantas adicionales.
Hoy en día, todavía es posible visitar las ruinas, pero algunas zonas son intransitables por considerarse demasiado peligrosas. No obstante, puedes pasear por las ruinas y admirar la arquitectura típica de la época anglo-normanda. Y no te pierdas las vistas sobre el mar: ¡tendrás la sensación de haber retrocedido en el tiempo!