Si los Acantilados de Moher son tan famosos en todo el mundo, es sobre todo por sus vertiginosas rocas, pero también por su escarpada costa. Entre los hitos más reconocibles del lugar se encuentra Branaunmore, un pilar de piedra caliza a tiro de piedra de los acantilados. Gigantesco, ¡impresiona y merece ser admirado desde un barco!
Frente a la costa del condado de Clare, en Irlanda, se encuentra Branaunmore, un promontorio marino de piedra caliza, resultado de millones de años de erosión por las furiosas olas del Atlántico.
Con 67 metros de altura, el pilar tiene forma de punta, más ancha en la base y que se estrecha hacia el cielo.
Su presencia en los acantilados dice mucho de su origen. Los geólogos creen que Branaunmore fue en su día parte integrante de los Acantilados de Moher. Se cree que se desprendió gradualmente del continente hace varios miles de años tras ser esculpida por la implacable fuerza del mar.
Hoy en día, el pilar es una especie de símbolo de los Acantilados de Moher. Incluso se considera una atracción por derecho propio: puede visitarlo en barco, descubriendo los Acantilados por mar. Se trata de una rara oportunidad de observar de cerca la fauna marina, en particular las aves marinas que anidan en los acantilados y en las grietas de este monolito.
También puede admirarse desde tierra, desde lo alto de los acantilados a través de la Torre de O’Brien, que ofrece una vista ininterrumpida de los acantilados. Continuando desde el punto rocoso donde se alza la torre, Branaunmore se encuentra más abajo.
Tenga en cuenta que es preferible disponer de una cámara con un buen zoom para apreciar mejor la forma, ya que la pila marina está bastante alejada de tierra y se recomiendan unos prismáticos o un buen teleobjetivo para admirarla.
Para aquellos que planeen una visita por mar, Branaunmore es accesible todo el año, aunque las condiciones meteorológicas pueden afectar a la disponibilidad de los viajes en barco.
Hay dos compañías que pueden llevarle cerca: Doolin 2 Aran Ferries y O’Brien Line. Sus excursiones le llevarán más allá de la roca y explorarán todas las facetas insospechadas de los Acantilados. Aprenderá mucho sobre la geología del lugar, el poder de la erosión sobre la roca y las impresionantes dimensiones del yacimiento.
Es la forma perfecta de respirar profundamente el yodo y sentirse tan pequeño ante la supremacía de la naturaleza.