La pierna de cordero asada es un pilar de la cocina tradicional irlandesa. Este plato emblemático suele servirse en ocasiones especiales y comidas familiares. Se prepara lenta y cuidadosamente para resaltar todos los sabores tiernos y ricos del cordero. Generalmente se utiliza cordero criado en Kerry (región famosa en Irlanda por la calidad de su cordero).
El cordero ha sido fundamental en la agricultura irlandesa durante siglos. Gracias a los extensos pastos verdes y a unas condiciones climáticas ideales, Irlanda produce cordero de excelente calidad. De hecho, es en el suroeste de Irlanda donde el cordero tiene más fama (en el condado de Kerry).
Hay que decir que la cría de ovejas en Irlanda siempre ha sido ventajosa. Las ovejas son fáciles de criar y su alimentación es barata. Su capacidad para adaptarse especialmente bien al clima oceánico templado de Irlanda la ha convertido en un alimento de elección desde tiempos inmemoriales.
Tanto es así, que la pierna de cordero asada se ha convertido en el plato preferido para celebrar fiestas religiosas, como la Pascua, donde simboliza la renovación y la abundancia en la religión católica.
Históricamente, el cordero asado se preparaba en hornos de leña o al fuego. Las familias rurales lo sazonaban con hierbas locales, como el tomillo y el romero, antes de cocinarlo lentamente para resaltar sus sabores.
Luego se compartía con la familia durante las celebraciones religiosas. La palabra clave era ¡compartir!
Aún hoy, esta receta se transmite de generación en generación, y puede encontrarse en las mesas de los grandes restaurantes de cocina tradicional irlandesa, así como en los hogares de la Isla Esmeralda.
Hay que decir que la pierna de cordero tiene la particularidad de ser considerada un plato fino y lujoso, ¡sin dejar de ser accesible para todos!
La pierna de cordero asada es famosa por su carne tierna y jugosa cuando se cocina a la perfección. La cocción lenta preserva su suavidad al tiempo que desarrolla una corteza dorada y sabrosa en el exterior.
Tiene un sabor rico y profundo, sutilmente realzado por hierbas aromáticas como el romero, el tomillo y el ajo. Los jugos de cocción crean una salsa natural que realza el sabor de la carne.
Tradicionalmente, se sirve con patatas asadas, verduras de temporada (zanahorias, chirivías, col) y una salsa hecha con los jugos de cocción y, a veces, menta para equilibrar la riqueza del cordero.
Este plato es símbolo de convivencia y de compartir. Aunque es sencillo de preparar, requiere tiempo y atención, lo que lo convierte en la receta perfecta para las grandes reuniones familiares. Además, la excepcional calidad del cordero irlandés le confiere un sabor único que atrae a gourmets de todo el mundo.
También puedes disfrutarlos en gastro-pubs y restaurantes irlandeses. Espera a pagar entre 16 y 30 euros por un plato, dependiendo del establecimiento.