Jack O’Lantern (también conocido como Jack el Tacaño o Jack el Smith) es un personaje de los cuentos populares irlandeses. Se cuenta que es un ser condenado a vagar eternamente entre el mundo de los muertos y el de los vivos…
Jack O’Lantern – © iava777
Todo comienza hace siglos. Jack el Tacaño, un viejo borracho, es conocido en la zona por su picardía y tacañería.
Le gusta gastar bromas a los que le rodean, emborracharse hasta quedar ciego en los bares locales y ser extremadamente mezquino con sus allegados. Tal es su crueldad que hasta el Diablo se entera de ello, y decide hacerle una visita para castigarle y condenarle al Infierno. Al descender a la Tierra, el Diablo encuentra a Jack el Tacaño tambaleándose por la campiña irlandesa.
– Jack, has sido cruel toda tu vida. Sígueme y te condenaré al Inframundo para toda la eternidad.
A pesar del alcohol, Jack no se rinde y acepta: «Vale, estoy contigo… Pero antes de que me lleves, invítame a una copa en el bar… «.
El Diablo se lo piensa y no ve nada malo en acceder a esta petición… Acepta y lleva a Jack al bar más cercano. En la barra, Jack pide una cerveza, pero no encuentra una moneda en el bolsillo para pagarla… El Diablo decide ofrecerle la cerveza y se convierte en una moneda de seis peniques. Pero en lugar de pagar la cuenta, Jack coge la moneda y se la mete en el bolsillo, donde encuentra una pequeña cruz de plata. El contacto con la cruz impide que el Diablo vuelva a su verdadera forma, y Jack se ofrece orgulloso a liberarle si le deja en paz durante 10 años. El Diablo acepta, furioso, y regresa al Infierno.
Pasan diez años. El Diablo decide volver. Jack acepta seguirle, pero le pregunta si recogerá una manzana antes de llevárselo. El Diablo acepta, sube al manzano, pero Jack rodea entonces el tronco del árbol con varias cruces, atrapando de nuevo al Diablo.
– Libérame! » grita el Diablo
Jack acepta liberarle a condición de que el Diablo le deje en paz para siempre, cosa que hace.
Muchos años después, Jack muere y se encuentra a las puertas del Paraíso. Pero San Pedro le niega el acceso debido a su anterior vida disoluta. Jack se dirige a las puertas del Infierno y pide al Diablo que le deje entrar.
– No te dejaré entrar… Recuerda la promesa que te hice…
Desesperado, Jack no sabe adónde ir. Así que pregunta al Diablo qué hacer…
– Vuelve al lugar de donde viniste…
Así que Jack decide volver sobre sus pasos. Pero el camino es oscuro y aterrador, y Jack necesita luz para avanzar… Así que pide al Diablo un poco de ayuda: el Diablo acepta, y le da unas brasas del Infierno, que mete en un nabo para utilizarlas como antorcha. A partir de ese día, Jack vaga como un alma perdida entre el mundo de los muertos y el de los vivos, sin saber adónde ir…
Una calabaza Jack O’Lantern – © Andrey Armyagov
Hoy en día, Jack O’Lantern es un personaje recurrente que vemos todos los años en Halloween.
Halloween es la versión moderna del Samaín, una fiesta de origen celta, en la que la creencia popular era que, una vez al año, el mundo de los vivos y el de los muertos coexistían durante una noche…
Para evitar encontrarse con fantasmas y otras almas errantes, la gente colocaba comida delante de sus puertas para calmar a los malos espíritus, y escarbaba en las verduras (colinabos, nabos, etc.) para colocar velas en su interior, con el fin de protegerse de los seres malignos.
No fue hasta principios del siglo XIX cuando esta costumbre se extendió a Estados Unidos, con la emigración masiva de los irlandeses. Los irlandeses siguieron celebrando el Samaín, pero decidieron utilizar una calabaza para sostener las velas, por considerarla una hortaliza más práctica…
Desde entonces, estas famosas calabazas se conocen como«Jack O’Lanterns«, en referencia a la leyenda…